Nuestros libros
La Torá de Komlós,
István Gábor Benedek
Sabemos mucho sobre la comunidad judía de Budapest y también algo sobre la comunidad de Szatmar–Máramaros en el libro de Károly Eötvös, o La Rapsodia de los Cárpatos de Béla Illés, pero de Csongrad y Békes absolutamente nada. Pero como esta última comunidad ya no existe mas, el libro es en realidad un esfuerzo de salvación. En los tiempos después de la catástrofe, buscar y reunir entre las ruinas los valores, lo idílico, involuntariamente recibe un papel de contraste, haciendo que la inmersión en el infierno de Auschwitz sea de una consternación impresionante.
Las imágenes idílicas anteriores a la inmersión naturalmente que ya forman parte del legendario de Europa Oriental. Si se quiere son parte de la literatura jasídica que parte en Ucrania en el siglo XVIII y que son una fuente viva de inspiración hasta el día de hoy. Propiamente las novelas de La Torá de Komlós son relatos, que surgen de lo cotidiano en su vuelo, sino hasta el cielo, por lo menos hasta el tejado, como los ángeles de Chagall.
Morir por la Argentina,
Gustavo D. Perednik
Excelente muestra del género non-fiction, donde el autor deja correr su pluma a través del mundo de su imaginación y no sólo el de los datos. Un segundo motivo es, justamente, porque hay muchas cosas que quiere decir y no puede si no crea un personaje que las diga. Son cosas imposibles de volcar en un ensayo. La novela es más rica, aún sin mentir permite detenerse en ciertas reflexiones que no cabrían en un ensayo.
Al igual que en su anterior novela «Matar sin que se note», todos los datos son verdaderos, todo es verídico. Los nombres de los protagonistas son los reales.
La brillante carrera del fiscal Alberto Nisman, y su denodada lucha por exponer la verdad en numerosos foros internacionales, emergen en esta apasionada crónica de su amigo, biógrafo y confidente.
La lira & la espada,
David Mandel
Hay quienes preguntan, ¿Existió realmente el rey David? ¿No será tal vez un personaje mítico como lo es el rey Arturo de la Mesa Redonda, o el rey inca Manco Cápac, quien, según la leyenda, fundó la ciudad del Cuzco donde se le hundió una vara de oro?
Y si aceptamos que realmente haya existido, ¿fue David rey de un imperio que llegaba desde el desierto de Egipto hasta la ribera del río Eufrates, como lo relata la Biblia, o fue simplemente el jefe de una tribu en una pequeña región de Judea, como lo manifiestan algunos respetados historiadores y arqueólogos?
¿Qué le habría pasado al rey David si hubiese reinado en nuestra época y no hace tres mil años? ¿Si al ex–presidente de Israel, Moshé Katsav lo condenaron a siete años de prisión por encontrarlo culpable de acoso sexual y violación, cual sería la pena que hoy se le daría al rey David por haber ordenado la muerte del esposo de la mujer que había seducido?
El rescoldo,
Sara Strassberg-Dayán
«Si comprender es imposible, conocer es necesario...», las palabras de Primo Levi sirven de prefacio a la obra teatral «El rescoldo» de Sara Strassberg-Dayán, donde a través de ésta, cobra realidad el hecho histórico, al convertirse en coetáneo, al permitirnos reflexionar sobre las condiciones históricas en que tuvo lugar la vida humana en una época nefasta de la Humanidad.
Los roles actorales se funden en la piel de los personajes, cobran visibilidad ante el lector-espectador, son personas de otro tiempo con las cuales podemos identificarnos, desde el acuerdo o el desacuerdo de sus posturas, reacciones, miedos, creencias, recelos, desconfianza, etc.
En el caso del lector, la obra se transfigura en lo que podríamos calificar una novela en tres dimensiones, ya que la dinámica de la estructura de los actos, la ubicación en escena de aquellos seres-personajes en ese espacio físico y temporal, en una dimensión historia-presente, hace ágil la lectura y comprensible la situación planteada.
El último día, Mina Weil
Monfalcone, en el noreste de Italia, 1938. Una familia judía feliz. Una muchacha y las tiernas confusiones de la adolescencia. De repente, el aire se enrarece, los bordes de la realidad se resquebrajan; una ley anula los derechos de los judíos y los declara subhumanos. Antiguos fantasmas de muerte y dolor regresan desde relatos que parecían sólo eso, viejas historias. El exilio apresurado se vuelve la única alternativa. Hay, entonces, que abandonarlo todo, demoler, deshacer lo que era, tan naturalmente, la vida. Hay que hacerse adulto antes de haber dejado de ser niño. Habrá un último día en la escuela y en la casa, habrá un puerto y un barco, habrá la vaga imagen de una Argentina de la que sólo se conoce el sabor de ciertos caramelos de nombre divertido. En las maletas apenas cabe lo imprescindible – y también los símbolos lo son: la valijita de cartón de un fugitivo de otra guerra, los candelabros de Shabat envueltos en los decretos antijudíos. Desde la cubierta del barco, reiterando sin saberlo la antigua mirada del desterrado, Anna aprende definitivamente que la vieja Historia es parte de su propia biografía.
Secretos Oscuros,
Varios autores
¿Qué tienen en común el observador obsesivo de un cuadro, el portero de un consorcio, un anciano solicito residente en un asilo, un abogado tímido y empollón, una vecina llamada Sumati y otra sin edad que fascina a una niña? ¿Qué tienen en común un hombre del desierto llamado Badawi, un turista brasilero en la Marcha por la Vida, una mujer humilde y «con huevos» que se propone un objetivo y una extraña familia de médicos colombianos?
Todos ellos conforman el crisol de personajes de «Secretos oscuros».
La última historia de amor, Andrea Bauab
El título de la obra sintetiza un largo camino recorrido por la protagonista, donde el tiempo y la andadura, le habían demostrado que: «era preferible llorar por amor, que no llorar por amor».
«Cuando dos seres se generan un aleteo en el sexo y el repicar de un tambor en el corazón, una espera que araña las entrañas, la sonrisa pícara aflorando a cualquier hora del día y ese estado de excitación lleno de brillos y humedad... ¡se convierte en algo digno de ser contado! ¡Debe ser transmitido, incorporado al imaginario popular! Son la pulsión misma de la vida, lo que realmente vale la pena que trascienda...».
―Muy poca gente comprende el impacto de la primera conexión entre dos seres humanos creados el uno para el otro.
Fractales de Plenilunio, Margalit Sagray-Schallman
…en tu poema «Luna de azahar» hay mucha belleza formal y de imágenes; algunas palabras detonantes, como «ancas» y su ambiente señalan con la ambigüedad necesaria la exploración de rutas ignotas o prohibidas… siento música de flautas y antiguos címbalos… espero tu verbo, aunque sea un juego poético…
…sugiero que te permitas una absoluta libertad formal, alejada de estructuras que limitan la fantasía al someterla al corset de la rima o del verso (herencia de los griegos). Las imágenes eróticas, los deseos, están más allá de esas limitantes… en mi opinión, el erotismo poético puede ser llevado a un grado de paroxismo extremo, pero debe ser poesía al mismo tiempo. Esto me trae al presente el 1er. Movimiento de la Cuarta sinfonía de Tchaikovski, verdadero cataclismo sonoro que en su clímax sonoro (casi al final del movimiento) puede sentirse como un orgasmo. Es cierto que el compositor explica que se trata de un planteo filosófico sobre el destino del Ser Humano, expresado en música, pero puede ser también una metáfora…